Las APIs, motor de la transformación digital de la banca

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Las APIs, motor de la transformación digital de la banca
Las APIs, motor de la transformación digital de la banca

BBVA API Market

Las APIs se han convertido en el corazón de la transformación digital de la banca. Esta revolución, materializada en un modelo de ‘open banking’, se ha visto impulsada por la implementación de la nueva directiva europea sobre servicios de pago, la PSD2.

La transformación digital de la banca se ha visto materializada en el  ‘open banking’. Un modelo impulsado por la UE mediante la implementación de la nueva directiva europea sobre servicios de pago, la denominada PSD2. En este nuevo escenario, las APIs han pasado a ser las protagonistas de este proceso. 

Joy Macknight, ‘deputy editor’ de The Banker explica en un artículo de la prestigiosa publicación especializada cómo el sector bancario, que inicialmente reaccionó con lentitud a las posibilidades que ofrecen las APIs, ha recobrado en los dos últimos años el terreno perdido.

Muchos grandes nombres del sector han puesto en marcha ya iniciativas para abrir sus plataformas y sus servicios core a través de APIs abiertas. BBVA, señala Macknight, es uno de los protagonistas destacados en esta revolución.

En el territorio de la UE, es clave la PSD2, actualización de la Directiva de Servicios de Pago (PSD, por sus siglas en inglés Payment Service Providers), que entró en vigor en enero de 2018. La norma comunitaria requiere a las entidades bancarias compartir los datos de sus clientes con terceros proveedores. El propósito es eliminar barreras de entrada en el sector, incrementando así la competencia.

Pero este empeño no es exclusivo de la UE. Reino Unido -en pleno proceso de Brexit, que se haría efectivo en 2019- mantiene su propia agenda en fomento del ‘open banking’. Ha creado una institución llamada precisamente así, Open Banking, que el pasado julio marcó una serie de especificaciones para las APIs financieras, normas que también se hacen efectivas en 2018. Por su parte, el gobierno australiano se ha propuesto impulsar formalmente el ‘open banking’, con nuevas disposiciones que podrían estar listas este mismo año.

Pero, ¿en qué consisten realmente las APIs y cómo pueden cambiar la relación entre los ciudadanos y sus entidades financieras? Las interfaces de programación de aplicaciones (APIs, por sus siglas en inglés) permiten a los programas de software intercambiar datos de manera estandarizada, es decir, ‘comunicarse’ de una forma eficaz y rápida. La consecuencia es que los desarrolladores pueden crear nuevas y mejores aplicaciones integrando los datos de otros programas, y los usuarios reciben un servicio mejor y más completo. Para la banca, son la herramienta clave en su transformación: de entidades financieras a parte central de un ecosistema digital conectado en el que se alían con todo tipo de empresas.

El artículo de The Banker destaca la apuesta de BBVA, resaltando el apertura comercial, este mismo mes de mayo, de ocho APIs a través de BBVA API Market. Así empresas, startups y desarrolladores pueden lanzar nuevos productos y servicios integrando en sus aplicaciones servicios financieros para clientes de BBVA, siempre que estos den su permiso. “El dato pertenece al cliente”, explican a The Banker desde BBVA API_Market en España, y con su consentimiento BBVA facilita que lo comparta “con aquellas empresas que le aporten valor y sean capaces de prestarle los mejores servicios”.

Macknight, que relata también las iniciativas de entidades como Starling Bank, Nordea, Wells Fargo, MasterCard, o National Australia Bank, señala también cómo ha menudo se opta por un sistema con distintos niveles de acceso que permite a las empresas probar progresivamente las posibilidades de las APIs en sus respectivos negocios. En el caso de BBVA API Market, por ejemplo, se presenta en tres niveles: un sandbox de pruebas con datos simulados; el nivel Basic, gratuito y con datos reales para un uso limitado; y Full, con acceso total y una relación contractual.

Las APIs se consolidan así como una herramienta doblemente útil para la banca: constituyen el instrumento más eficaz para adaptarse a las nuevas reglas del juego que marca la PSD2 y, sobre todo, les permiten transformarse en entidades más digitalizadas y conectadas con las necesidades de sus clientes.

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