¿Por qué Londres, y no Silicon Valley, se ha convertido en ‘hub’ mundial del ‘fintech’?

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Fintech , Open Banking / 01 septiembre 2016
¿Por qué Londres, y no Silicon Valley, se ha convertido en ‘hub’ mundial del ‘fintech’?
¿Por qué Londres, y no Silicon Valley, se ha convertido en ‘hub’ mundial del ‘fintech’?

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Hay varias condiciones básicas para que un área se establezca como un referente en el sector fintech a nivel mundial: que atraiga a jóvenes con talento y a inversores, que exista gran demanda de este tipo de servicios tecnológicos y que la regulación impulse el progreso de las startups.

La lista figura en el último informe encargado por el Tesoro británico (el área gubernamental responsable de los asuntos fiscales y económicos), a la consultora Ernst & Young. El objetivo del documento es comparar el ecosistema fintech de Reino Unido con el de otros centros empresariales como California, Nueva York, Singapur o Berlín.

Para analizar la situación, han estudiado el grado en que cada una de estos núcleos cumple con los requisitos, valorando su rendimiento por categoría (talento, capital, regulación y demanda) dentro de una escala. Con estos parámetros, Londres queda a la cabeza del ranking, por encima de sus competidoras.

Las cifras del fintech británico avalan el resultado: el año pasado, el sector generó más de 6.000 millones de libras (más de 7.500 millones de euros) de beneficios y dio trabajo a unas 61.000 personas.

Uno de los secretos del éxito de las valiosas startups londinenses es apostar por los mercados internacionales, mirando más allá del ámbito doméstico. El servicio de transferencias Transferwise y la herramienta de datos financieros Markit son dos de los ejemplos más notables. Ambas están valoradas en más de 1.000 millones dólares, lo que las convierte en unicornios (las joyas de la corona del universo emprendedor).

Londres reúne todos los ingredientes para la receta fintech: “No es solo el centro europeo de las finanzas, también lo es a nivel internacional y, por tanto, alberga gran cantidad de inversores, clientes potenciales y personas con talento”, explica Alicia Navarro, CEO de la startup Skimlinks.

Un empujoncito político

La alcaldía de la ciudad participa activamente en la aceleradora FinTech Innovation Lab London, gestionada por Accenture, y fomenta la celebración de eventos y conferencias del sector. Además, la capital británica tiene desde hace algunos años su propio Silicon Valley, conocido como Silicon Roundabout, un complejo tecnológico ubicado en el este de la localidad. Los negocios comenzaron a congregarse en este área atraídos por los bajos alquileres tras la crisis financiera de 2008.

Dos años después, el primer ministro David Cameron anunció un paquete de medidas financieras para alimentar un ecosistema en crecimiento. Grandes nombres como Cisco, Facebook, Google o Intel han invertido en algunos de los proyectos, y varias universidades londinenses participan como socios en muchos de ellos.

En vista de su éxito, el Gobierno británico ha seguido brindando a las startups instrumentos que les allanan el caminos. Su última idea ha sido establecer un entorno normativo (regulatory sandbox), dedicado exclusivamente a las empresas emergentes del fintech, que les permite probar sus productos en el mercado sin apenas restricciones legales.

Todas estas ventajas se ven también reflejadas en la lista The Fintech50, donde figuran las 50 empresas europeas más destacadas del sector. En la de este año, 31 de ellas son londinenses. Sin embargo, Julie Lake y Nicky Cotter, responsables de la publicación, advierten que “la posición de Londres está amenazada por las comunidades fintech de otras capitales como Ámsterdam, Berlín y Estocolmo”.

California, por su parte, sigue dominando en el terreno de la inversión. Las startups del oeste de Estados Unidos levantaron más de 4.500 millones de euros el año pasado, mientras las británicas consiguieron cerca de 658.

Para mantener su hegemonía actual, los responsables financieros del Gobierno británico proponen diferentes medidas entre las que incluyen la creación de un cuerpo de administración dedicado al sector y el desarrollo de herramientas para facilitar la expansión internacional de las empresas. Todo indica que Londres tendrá que trabajar duro si quiere seguir siendo el hub mundial del fintech.

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