Valoraciones multimillonarias sin modelo de negocio, ¿por qué?

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Valoraciones multimillonarias sin modelo de negocio, ¿por qué?
Valoraciones multimillonarias sin modelo de negocio, ¿por qué?

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Snapchat es una aplicación que permite enviar mensajes, fotos o vídeos que se autodestruyen unos segundos después de ser vistos. No parece una mala idea pero tampoco parece como si fuese a ser una máquina de imprimir dinero. Pues algo debe tener cuando Facebook y Google podrían haber estado dispuestos a desembolsar 3.000 ó 4.000 millones de dólares, respectivamente, para hacerse con ella.
La aplicación de mensajería efímera ha venido a engrosar las filas de start-ups que alcanzan un valor de cientos o miles de millones de dólares sin haber proporcionado beneficios o siquiera ingreso alguno. Ahí están, entre otras, Instagram, comprada por Facebook por mil millones de dólares sin tener siquiera una vía de ingresos; Tumblr, adquirida por Yahoo por una cifra todavía mayor cuando estaba a punto de quedarse sin dinero; o Pinterest, cuya última ronda de financiación la valora en 3.800 millones de dólares sin tener beneficios detrás que lo justifiquen. En la lista también encontramos empresas como WhatsApp, YouTube, FriendFeed, Zite, GroupMe, TweetDeck, etc.
No siempre es así, pero el tener una gran cantidad de usuarios parece ser el denominador común en este tipo de operaciones en las que pequeñas compañías son valoradas en grandes cifras sin una vía de ingresos detrás. Snapchat es de este tipo: no tiene modelo de negocio pero tiene usuarios. Más importante aún: tiene su atención. Y la atención siempre es monetizable.
Llamar la atención primero, monetizar con el tiempo
Aplicaciones y servicios como Snapchat tienen más de una vía para sacar rendimiento a toda esa atención que atraen. La más evidente es la publicidad, ya sea mediante anuncios personalizados, estilo Facebook, o con mensajes o contenidos patrocinados, a lo Twitter. Más de una marca estaría muy interesada en llegar a esos millones de usuarios, más aún cuando el segmento de población suele ser tan jugoso como la juventud norteamericana.
Otras opciones pasan por obtener ingresos directamente de los usuarios. Un modelo de suscripción siempre es una alternativa a tener en cuenta. WhatsApp parece haber logrado captar dinero con una cuota muy barata de 1 euro al año que, hasta el momento, ha permitido a la compañía mantenerse a flote sin otra vía aparente de obtener ingresos. Estrategia similar es la que ofrece el modelo freemium: servicios básicos gratuitos o con limitaciones y otros más avanzados o completos previo paso por caja. Es el modelo por excelencia de los últimos años en internet, aunque está todavía por demostrar su rentabilidad, y sino que se lo pregunten a Spotify.
Si los anteriores fallan siempre se puede intentar generar ingresos mediante ventas “in-app”Servicios de mensajería como Line parecen haber demostrado que es posible obtener una buena cantidad de dinero vendiendo emojis o stickers a sus usuarios. La idea podría ser fácilmente replicada por Snapchat y quizás sea la más probable a juzgar por las declaraciones de uno de sus fundadores.
Pero al margen de los anteriores hay otra forma de obtener rendimiento de toda esa atención generada: ser comprada por una de las grandes. La idea es acumular tantos usuarios que sea imposible ignorarte pensando directamente en un “exit” multimillonario. Para algunos, muchos inversores y emprendedores no están interesados en construir grandes negocios viables en el largo plazo; en cambio, buscan fabricar start-ups capaces de generar suficiente bombo y una elevada valoración para lograr una venta o salida a bolsa que les reporte cuantiosos beneficios.
Se da la paradoja de que el no tener un modelo de negocio definido es de todo menos negativo para algunas start-ups. Obtener ingresos puede terminar siendo una trampa y suponer mayores dificultades para conseguir nuevas inversiones. Esto es así porque cuando no hay ingresos no hay números palpables que entren en la valoración de la empresa y ésta seconvierte en pura especulación sobre su supuesto valor futuro. En estos casos la ausencia de un modelo de negocio sirve de cara al objetivo de los inversores, que pueden dar cualquier valoración a una compañía sin que existan cifras que la pongan en duda.
Sea de una u otra forma, este tipo de valoraciones multimillonarias de start-ups sin modelo de negocio aparente no son simples excentricidades de Silicon Valley. Ya sea por una u otra vía, la atención y los usuarios acumulados pueden terminar reportando cuantiosos beneficiosaunque no siempre ocurra. En el caso de Snapchat, como en el resto, sólo el tiempo dirá si su valoración está o no justificada.

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