Aprendiendo a innovar

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Aprendiendo a innovar

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A día de hoy, todo el mundo está de acuerdo en que la innovación es clave para la supervivencia de cualquier negocio, ya sea emprendedor, pyme o gran empresa. Es tan importante que, en la actualidad, hay millones de empresas que se declaran innovadoras. Pero, ¿realmente lo son? La innovación no se basa únicamente en crear inventos. Se trata de un proceso continuo de creación de nuevas ideas que tratan de responder a las tendencias y demandas del mercado, a través de la mejora de los productos y servicios ya existentes.

Existen tantos tipos de innovación como distintas ideas eres capaz de crear, pero, también es cierto, para todo se necesita práctica. No obstante, existen principios básicos que pueden guiarte en el camino para llegar a crear ideas verdaderamente innovadoras y que, a continuación, te desvelamos.

Principios básicos

En primer lugar, tienes que tener en cuenta que la innovación no debe ocupar todo el foco de tu estrategia de negocio, aunque sí debe ser estratégica. Esto significa que innovar no tiene que ser la meta de tu empresa, sino el medio para conseguir tus objetivos de negocio.

La revista Business Insider describe la innovación como un proceso sistemático y ha resumido los principios básicos por los que pasa la creación de ideas innovadoras:

1. Escuchar: prestar atención al exterior y escuchar a los clientes, al mercado en general y a los expertos que te rodean, tanto dentro como fuera de tu negocio. Y es que, muchas veces, las buenas ideas están delante de nuestros ojos, pero no nos damos cuenta de que están tan cerca.

2. Comprender: como hemos indicado en otras ocasiones, es muy importante conocer bien quiénes son tus clientes reales y potenciales, sus gustos y sus necesidades, para luego poder ofrecer producto y servicios que les resulten innovadores.

3. Organizar: hay que crear y organizar un equipo de innovación con personas que puedan tener participación en este proceso y organizar así los recursos y las inversiones necesarias para abordar el tema.

4. Crear: el proceso de innovación debe realizarse en un entorno propicio. Para ello, hay que dar al equipo la posibilidad de fallar, de crear muchas soluciones alternativas y de dar libertar al proceso creativo.

5. Experimentar: los procesos de innovación se basan en tener ideas, pero también en probar su eficacia y experimentar. Por este motivo, resulta interesante realizar muchos tests en paralelo, utilizar prototipos y estudiar otras técnicas alternativas.

6. Volver a escuchar: escuchar de nuevo al cliente, utilizando los prototipos para obtener feedback del grado de aceptación, de los errores, aciertos, etc.

7. Diseñar: resulta conveniente diseñar los conceptos para comprender los valores centrados en el cliente, como el coste, el uso, la facilidad de cambio y el margen de mejora.

8. Ponerlo en práctica: finalmente, debes implementar el producto o servicio.

Innovar en tiempos revueltos

Por desgracia, las empresas de hoy deben innovar en un tiempo récord para mantenerse al día, debido a los grandes avances tecnológicos que se producen y a la constante demanda de los clientes; por ello, se trata de un proceso continuo de invención, reinvención y descubrimiento de nuevas ideas. En este sentido, uno de los puntos más importantes a la hora de emprender una estrategia de innovación, a parte de seguir los principios anteriormente comentados, es pensar constantemente en cómo crear, ofrecer y captar valor.

Para ello, es muy importante re-evaluar cómo hacer las cosas. Para ello, puedes ayudarte, por ejemplo, de preguntas como las siguientes: ¿Cómo podemos añadir nuevo valor a nuestros productos o servicios? ¿Podemos ofrecer ese valor de forma diferente?… Nos gustaría hacer aquí un paréntesis para recomendar un artículo que desgrana las preguntas que te facilitarán explorar ideas innovadoras, y que te puede servir de gran utilidad.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la innovación, normalmente, implica algo de riesgo para el negocio. En este sentido, en la actualidad, muchas empresas, en lugar de pensar en el próximo gran producto o servicio del año, tratan de crear nuevas ideas que les permitan innovar poco a poco a través de la mejora de aquellos productos y servicios que ya ofrecen.

Un buen ejemplo es lo que hacen las compañías de software que, muy frecuentemente, añaden actualizaciones a sus productos. Esto es algo que no requiere grandes inversiones y que les permite adaptar dichos productos a las necesidades de sus consumidores. También, con versiones más frecuentes y más pequeñas del producto, las empresas pueden mitigar el riesgo, ya que es más fácil identificar y corregir los problemas potenciales. Además, representan una ventaja estratégica en el mantenimiento de la calidad del servicio o producto.

Claramente, cualquier negocio que empiece o ya esté funcionando en el mercado debe de adaptarse e innovar para sobrevivir y prosperar. Parte de ese proceso de adaptación implica operar en un estado constante de cambio e innovación.

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