El auge de las finanzas integradas en la etapa pos-COVID-19

El auge de las finanzas integradas en la etapa pos-COVID-19
El auge de las finanzas integradas en la etapa pos-COVID-19

BBVA API Market

La pandemia de la covid-19 ha acelerado la digitalización de muchos de los principales procesos empresariales, y la banca no ha sido una excepción. Aunque la transformación digital de la industria financiera era ya una realidad en 2019, especialmente a raíz de la entrada en vigor de la Segunda Directiva de Servicios de Pago (más conocida como PSD2), la actual situación sanitaria y el cambio en las preferencias de los consumidores han agilizado el cambio de modelo hacia una banca más abierta.

Pero, ¿qué ocurrirá en un escenario pos-COVID-19? ¿Continuará esta tendencia cuando alcancemos la tan ansiada normalidad? Si hay algo que parece claro es que esta nueva realidad ha venido para quedarse, y las finanzas integradas que fomenta el open banking serán parte de este nuevo paradigma.

La necesidad de lo digital para mejorar el cuidado de la salud

2020 cambió por completo las vidas de todas las personas, y afectó a todos los aspectos de nuestro día a día. La necesidad de mantener las distancias interpersonales provocó un cambio de comportamiento sin precedentes en nuestra cultura y rutinas, afectando a aspectos tan cotidianos como la relación con el dinero: sustituimos el dinero físico y las tarjetas bancarias por el contactless, empezamos a familiarizarnos con las aplicaciones digitales de los bancos para evitar tener que acudir físicamente a una sucursal e intentamos contratar la hipoteca o una cuenta bancaria por internet, entre otras muchas cosas.

Por suerte, la pandemia llegó en un momento en el que la industria financiera se encontraba en una profunda transformación hacia un modelo más digital. En septiembre de 2019 entró en vigor la PSD2, que abría la infraestructura bancaria a terceros a través de las APIs, introduciendo nuevos servicios digitales y consolidando la aparición de nuevos actores, como son las fintechs, que han colaborado de manera activa con los bancos para ofrecer una mejor experiencia a sus clientes.

Esto ha supuesto una auténtica revolución para el sector financiero, y en muchos países ya ha alcanzado niveles importantes de transacciones. Sin ir más lejos, en Reino Unido, uno de los países pioneros en esta regulación, el número de usuarios activos relacionados con aplicaciones de open banking se duplicó entre enero y septiembre de 2020, con un crecimiento de unos 160.000 usuarios mensuales. De hecho, durante su estricto confinamiento, uno de cada cinco consumidores empezaron a utilizar aplicaciones relacionadas con este ecosistema, según un estudio de la plataforma Open Banking

En España, el open banking ha tenido también una acogida más que aceptable, incluso para los propios bancos. Según un reciente estudio de Abanca Innova y El Referente, en nuestro país ya existen más de 400 fintechs operativas, 350 españolas y 50 extranjeras. El 75% de ellas colaboran de manera activa con empresas del sector financiero y bancario tradicional, y se espera que la tendencia a largo plazo sea de una mayor colaboración entre el sector de las fintechs y el tradicional.

Finanzas integradas: ¿estamos ante un nuevo modelo totalmente digital?

Como hemos visto, la digitalización de la industria financiera ha dado paso a un nuevo modelo donde la infraestructura bancaria abierta es la protagonista. Este nuevo ecosistema permite, entre otras cosas, que cualquier empresa pueda integrar los servicios bancarios dentro de sus plataformas gracias a las APIs, y así poder acceder a los datos, la infraestructura y la información bancaria, siempre con el consentimiento del cliente.

Las finanzas integradas tienen ventajas tanto para los propios procesos empresariales como en el servicio ofrecido a sus clientes.

 

Finanzas integradas

Uno de los ejemplos más recientes de esta nueva realidad digital es la alianza entre BBVA y Uber en México. Gracias a las APIs, los socios conductores y socios colaboradores de la compañía norteamericana pueden realizar todas sus operaciones bancarias desde su propia aplicación. La integración entre ambas plataformas es total, de manera que ningún conductor necesitará acceder a las aplicaciones de BBVA para realizar todas sus gestiones bancarias.

Un modelo posible gracias a las APIs

Las APIs permiten que este modelo de finanzas integradas sea posible para cualquier servicio o producto bancario. Por ejemplo, BBVA dispone de una amplia variedad de APIs que permiten que cualquier empresa tercera pueda acceder a toda su infraestructura y crear aplicaciones que se integren dentro de otras plataformas.

Así, por ejemplo, APIs como Payments PSD2 permiten que tus clientes puedan iniciar sus pagos de forma inmediata y automática desde tu propia plataforma; Checkout Financing, que ofrece un préstamo inmediato para financiar las compras sin necesidad de salir de la propia aplicación; o Auto Loan, ideal para aplicaciones de venta de coches en concesionarios, ya que realiza simulaciones en tiempo real sobre las condiciones de un préstamo para un vehículo y ofrece su contratación al instante.

Todos ellos son ejemplos de cómo las finanzas integradas son el presente y serán el futuro de la industria financiera, en un entorno cuya regulación favorece la apertura de la infraestructura bancaria. Un ecosistema en el que las fintechs y los bancos van de la mano para ofrecer la mejor experiencia posible al consumidor, máxime en un entorno de tanta incertidumbre como el que ha provocado la pandemia de la covid-19.

La asignatura pendiente: que el consumidor español adopte el open banking

Aunque el open banking avanza rápido desde el punto de vista de la oferta, en España está lejos de ser una realidad desde el punto de vista de la demanda, según se desprende de un estudio de Deloitte. Esta insuficiente adopción obedece en buena medida a las reticencias del cliente bancario español a compartir sus datos bancarios, que siempre deben contar con su explícito consentimiento.

El reto tanto para la banca como para las fintechs es cambiar la percepción de muchos de estos usuarios, especialmente en el ámbito de la seguridad y la privacidad de sus datos, dos aspectos que ya están recogidos en la normativa PSD2 y que el open banking ya garantizan. Si se consigue este cambio de comportamiento y actitud, todo apunta a que el crecimiento del open banking y, en consecuencia, de las finanzas integradas, será mucho más relevante en el futuro cercano.

 

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